martes, octubre 31, 2006

Estrella de Mar y El tránsito de Venus

Una vez soñé que era estrella de mar
y como estrella en el firmamento quería estar.
Nadé hasta la superficie, para más arriba llegar.


Allí de noche era,
y mil estrellas me quisieron besar
mas la noche termina con el primer rayo de sol.
Sol que me sacó del sueño
rayo que tocó mi corazón
mas dulce sueño era
y despertar me costó.


Benditos rayos que tocais mi piel.
Sol que me das calor
¿donde escondiste las estrellas de mi ensoñación?
y el Sol me dijo,
-buscalas en tu corazón-.


A la noche siguiente
volvia ser estrella de mar
mas esta vez
una golondrina me quiso ayudar.

Vuela golondrina vuela
que el día esta al llegar
y al menos una
una estrella
quiero tocar.



Las estrellas, estrellas buscando están
mas solo una falta para terminar el ajuar.
La más bella,
la han de encontrar.

La estrella que falta
con el Sol danzando va.
El firmamento desesperado,
la estrella y el Sol se van a casar.

Sonata al Magreb

(Hora vespertina de la
oración musulmana).
De mi pensamiento al éter hay una distancia
llena de misterio y de fantasía.
Un millar de rosas en plena agonía.
subliman vapores de suave fragancia
que se orvalla luego de melancolía.


Soy un ser mimado del eterno ensueño,
de alma somnolienta y cerebro enfermo;
pero suevemente mi espíritu ama
la melancolía del sueño rifeño,
su paisaje inculto, su paisaje yermo,
porque en sus distancias hay un pentagrama
entre cuyas notas hechizado duremo.


Hechizado duremo... Alma somnolienta,
melómano ingrávido del magreb preciso,
como un sauce sobre la corriente lenta
del Káuter dorado de mi Paraíso.

domingo, octubre 29, 2006

El Reloj

Una hora, la hora. Ese sonido grave y monótono del gong que se oye en el piso de arriba. Esa leve música que cada media noche suena. O no, por que..., ¿realmente lo oigo todas las noches? Ese reloj no marca las horas como los demás, solo cuando la niebla del reino de la oscuridad penetra en cada cama, cada sueño, cada sombra es cuando su sonido resuena en los lugares más recónditos de nuestra alma.

Estoy en la cama, tensando la sabana mientras oigo el carillón. ¿Por qué hoy sí y ayer no?, de qué esta hecho ese reloj cuyo sonido hiela la sangre y congela el tiempo.

La noche penetra en mis pulmones y no puedo respirar, me falta el aire. Tiro de la sabana tiritando intentando refugiarse en mi propia oscuridad. Pero el sonido penetra, el aterrador frió sube por los dedos de mis pies, por la planta, por el talón, poco a poco sigue subiendo. Siento algo, algo que no puedo describir que, que ... GONG.

La última campanada. Todo ha pasado el silencio de nuevo, solo silencio, pero un silencio cálido la noche al fin es mía y para mis sueños. Se la he robado al tiempo.

martes, octubre 24, 2006

Ser uno

El seguía caminado, estaba anocheciendo. Se podía ver a lo lejos su hogar, a casi dos jornadas de distancia. Divisaba aún el pico de la Almenara, al cual todavía llegaban los últimos rayos de sol de ese largo día de verano.



En breves horas por fin podría consultar su guía, su carta celeste y salirse del camino marcado para así intentar acercarse, al menos en espíritu un poco más al camino que le llevaba a donde nacen las estrellas.


Caminaba absorto, disfrutando de los últimos cánticos de las aves diurnas antes de que los murciélagos y búhos reclamasen su reino. Poco a poco las nubes rosas se hicieron rojas y finalmente azules, camufladas en los tonos marinos del cielo. Aún no podía divisar su carta, y parecía que por primer día tendría que dormir solo en el campo. La idea no le era grata, muchas veces había dormido solo, bueno sin compañía humana, cuando cuidaba el rebaño de su tío, pero, al menos tenia a las ovejas y al perro pastor. Nunca había dormido tan aislado. Solo, él y sus pensamientos. Qué daría el por tener a su lado al viejo Adive.



Más, se estaba acercando a un bosque, pronto tendría que seguir el rastro estelar entre las ramas de las hayas. El hayedo era grande largo y oscuro. A cada paso que daba la ramitas crujían, y todo el canto nocturno se de tenia. Aquel maravilloso canto nocturno. Él, que siempre había sido criatura nocturna contemplativa no sabia moverse entre las sombras si perturbar la paz del bosque.


Empezó a sudar, ¡sus pasos rompían la paz! él estaba destruyendo su noche perfecta su noche idílica tan solo por estar allí, el sobraba en aquel bosque. Se hizo un ovillo y en silencio, por dentro, sin pensar demasiado alto para intentar no romper la armonía del bosque. Pero, no, no, como podía ser, él... él hacía como si no estuviese allí, ¿por qué no volvía la noche?



Entonces vio los ojos de una loba y un lobo que lo observan, se acercaron mansos, y se acurrucaron junto a él. Al calor de sus cuerpos, el peregrino empezó a cerrar los ojos, y cuando la nana de los corazones de los lobos consiguieron que su alma se fundiese con la tierra en que yacía, y…. volvió a escuchar. No sabía si era sueño o realidad, pero volvía a oír al búho, el aleteo del murciélago...Ya soñando, otra vez se hizo el silencio y aterrado se despertó.



Ahí estaban los lobos aún a su lado, se despertaron, se alejaron tan sigilosamente como habían venido. Sin perturbar tan si quiera el vuelo de un mosquito. Entonces lo entendió. Eran sus pensamientos solo lo que perturbaba la noche, el no sentirse parte natural de ella. Los lobos, realmente se movían y perturbaban el bosque igual que él. Pero latían con el bosque, eran parte de él. Él ahora debía que se dejar sus pensamientos volar y disolverse en la noche.



Niebla. Olas, tormentas. Ahora no tenía esos problemas que tuvo en el bosque. Sabía que el mar no se podía dominar. Había que tomar las olas con la misma cadencia de tu respiración. Uno si quería vivir en el mar, tenia que ser parte del mar.

Cuando se es parte del mar no se puede perturbar el mar mismo. De nada sirve maldecir los vientos, las nieblas. Están ahí para quitarte o brindarte los tesoros ocultos del mundo. Solo hay que dejarse llevar, y soltar el timón cuando las fuerzas de la naturaleza así lo indican. Y saber ser uno con el mar.

lunes, octubre 23, 2006

Creación Salvaje

Esa bestia fantasmal de las montañas
enigmáticas y amorfas del desierto
vibra e mí;
llevo el soplo del espacio en las entrañas,
vago errante por el éter descubierto,
soy así.


Soy así,
como mi alma se presenta ante vosotros.
Y hay en mi
un contínuo galopar de aquellos potros
que acortaron las distancias verticales
en sus ansias de expansión y astronomía,
y, parándose un momento
en las pautas cenitales,
se embriagaron de armonía
y tornaron, relinchando por el viento
las canciones inmortales
del espíritu irreal del firmamento.


Yo nací de la montaña solitaria,
bajo un cielo siempre azul y siempre abierto.
Yo nací del tosco risco,
como un paria
del monótono desierto
abortado al arenisco.


Yo nací en la noche cruda
bajo el foco musical del firmameto,
y a mi alma la educó la nota aguda
que desprende el instrumento
del espríritu colérico del viento
azotado con furor mi piel desnuda.


Yo nací en la soledad, sin más amor,
más amistad ni más compaña
ni calor
que el de un chacal flaco y enteco
que habitaba un tosco hueco
de mi maternal montaña.


De un chacal meditabundo y taciturno,
cuyos ojos carniceros
semejaban dos luceros
rutilantes de mi piégalo nocturno.


Y con él me sonreí, vagando erraticos
por una suave majestad de la llanura.
Y con él busqué los potros poemáticos
que relinchan la celeste partitura ...


¡Sus fantasmas!... Como sombras infernales,
como espíritus melómanos, como estetas
del Silencio, como artistas inmortales,
como... ¡al fin, como poetas!


¡Es el alma de la noche!¡O es el estro
de los semidioses de la Creación,
las amorfas sombras que extiende el Maestro
por el subconsciente de la Sensación!


¡Chacal! ¡Hermano chacal! ¡Fraterno!
¡Espíritu lírico que murió con el Arte!
¡No persigas mi sombra por ninguna otra parte!
¡Volveremos a vernos en la Paz del Infierno
el día que el mundo sucumba hecho trizas,
el día postrero en que todos los muertos
rebusquen sus carnes entre las cenizas
que esparció la brisa por nuestros desiertos!

domingo, octubre 22, 2006

El cuento que un cuento me contó(versión remix manuscrito-contado)

Hoy voy a contaros una historia que no me la contó ninguna persona, sino que fue un cuento, el que me contó como surgieron los cuentos.


Aquel cuento, en sueños, me contó como los cuentos surgieron hace, más o menos…. 2 millones de años, cuando tan solo había hombres en el mundo en una pequeña región de África.


Estaban un padre y un hijo que habían salido a cazar leones, pero tras una dura tarde de caza, se habían alejado del poblado y tuvieron que dormir bajo un árbol en medio de la sabana.


Poco a poco ambos se fueron durmiendo, a pesar de los esfuerzos del padre para no dormirse ya que temía que pudieran atacarlos en la noche. Así, el padre, en sueños, abrazó a su hijo y juntos, muy juntos pasaron la noche. Tan juntos dormían que sus cabezas, estaban una junto a la otra.


Tan juntos os digo que tenían las cabezas, que hasta las ideas de uno y del otro podían saltar de una cabeza a otra, y así, una de las ideas más traviesas, la Fantasía, saltó de la cabeza del hijo, a la cabeza del padre.


La Fantasía empezó a dar vueltas buscando más ideas, pero todas estabas muy ocupadas, la idea de león, persiguiendo a la idea de gacela, la idea del padre acariciando el pelo de la idea de Madre y así todas y cuando fantasía vio que todas las ideas la ignoraban empezó a sentirse triste y aburrida. Cuando, vio al fondo otra idea que estaba más aburrida que ella.


Fantasía se acercó poco a poco a esa extraña idea que también ignoraban las demás.


Era una idea extraña y desconocida para la fantasía, parecía una idea vieja, que suspiraba sin cesar, mirando a lo lejos, despreocupada de lo que ocurría en aquel sueño.


Fantasía se acercó sigilosamente por detrás. Y con nocturnidad y alevosía, Fantasía salto bruscamente por encima de ella y la espetó: “¡¡¡¡Buh!!!!”


¿Quien eres, por qué estas tan aburrida? – Preguntó la Fantasía


“Soy la Historia” – respondió la otra idea-“déjame que estoy intentando recordar. A ver…, esta mañana…, a ya, nos hemos levantado y…”


Y así se quedó la Fantasía, escuchando la Historia durante un rato, hasta que la Historia empezó a recordad uno de los momentos de la caza del día anterior:


H: “… y entonces el león que estaba entre los árboles, miró fijamente a la gacela, esta le vio y salió corriendo…”


F:”¡¡Qué interesante!! Y.. ¡¡que más, que más dime, qué hizo el león!!?


H:”Pues nada, sabía que no podría alcanzar a la gacela y se quedó allí quieto”


F: “¡¡ Pero que rollo!! y eso es todo lo que pasó. Yo creo que no. Yo creo que cuando el león miraba a la gacela, la hablaba y se contaron un montón de cosas y después el león conmovido por la historia de la gacela la dejó escapar. O mejor, no la dejó escapar, ellos dos habían quedado para después…”


H: “¡¡Pero que me estas contando!! no, no, no, las gacelas y los leones no hablan, ¡¡déjame que me distraes!!” y así siguió recordando la Historia. Pero la Fantasía no la dejaba en paz, y mezclaba sus recuerdos con la Fantasía y así toda la noche.


Era una estampa graciosa, la Fantasía no hacia más que dar vueltas a la Historia y la Historia intentando poner en su sitio a la Fantasía. Tras muchas horas, de tanto discutir se hicieron amigas y descubrieron que juntas se divertían mucho más.


Al despertar, la Fantasía seguía en la mente del Padre, que se dio cuenta de cómo su hijo, había despertado antes que él y estaba tiritando de miedo. Porque los ojos de un león los observaban desde la oscuridad de la sabana, pocos segundos antes de que el primer rayo de Sol tocase la tierra.


Al final no pasó nada, pero el hijo, temblaba de miedo cada vez que pensaba en los ojos del león, y por ello, el padre, pregunto a la Historia como podía quitarle el miedo a su hijo. Ella, la Historia no sabia que hacer, entonces la Fantasía que aun daba vueltas por allí le dio una Idea. Entre las dos, la Fantasía del hijo y la Historia del Padre, crearon una nueva idea, la Idea de Cuento.


A la noche siguiente el Padre, para que su hijo perdiera el miedo a los ojos del león y se durmiera le contó el cuento del El León y la Gacela y de aquella manera su hijo recuperó la Fantasía y el Padre no se durmió y tranquilo, bajo las estrellas, cuido de su hijo.


Aquella noche, había surgido una nueva idea, y eso no pasaba todos los días. Solo las estrellas la vieron nacer.


Años después, cuando el hijo era padre y el padre ya había muerto, y el hijo-padre tenia a su hijo, le contaba el mismo cuento a su hijo. Y la magia no era que él hiciera perder el miedo a su hijo, sino que cuando lo contaba, la Historia de su padre estaba otra vez con el y así de nuevo era él el que pasaba miedo en la sabana y sentía el calor del su padre. En aquellos momentos, ni la muerte les separaba y tan solo estaban, a eso, un cuento de distancia.


Con los años, milenios y milenios, la idea de cuento se multiplicó por el mundo de las ideas y de los niños, padres, madres, amigos y amantes. Pero esta historia se perdió.


Pues solo las estrellas la vieron nacer.


Una noche, dormía yo y todos mis miedos me acechaban, mi estrella bajo de los cielos y durmió conmigo y juntos, muy juntos, en sueños un cuento me contó. Y aquel cuento, me contó este cuento, que ahora yo os cuento.


Y así, ahora, otro cuento tan solo nos separa y aunque millones de kilómetros, miedos e historias nos separe. La verdadera distancia que hay entre nosotros, es esa. Tan solo un Cuento.


Para vosotros mis amigos, comparte este cuento que nos une y que mis estrellas me contaron aquella noche.


Pmisson

jueves, octubre 19, 2006

Un punto de apoyo

Hoy la lluvia no cesa, y el navio a tenido que arriar la velas para impedir que el mastil se derrumbara por el peso del liquido elemento.

El mastil, dañado en la última escaramuza, era aun el original de este parcheado bergantín. A la tripulación le daba mala espina, aquel mastil les habia acompañado durante largo tiempo y su flexible y dura madera. Numerosas velas se habian rasgado antes de hacer temblar el mastil de la nave, pero aun así la mirada del capitan no terminaba de gustar a nadie. Le miraba con resentimiento, pero el mismo jamás permitió que nadie grabase en el palabra alguna. Todos sabian que para el capitan dentro de su cuerpo, que era el barco mismo, el mastil era aquello que le permitia moverse, maniobrar, escabullirse y enfrentarse a todos los peligros sin temor. La velas se rasgaban, el no. Había soportado las mayores tempestades, sufrido en grandes batallas, más, nunca habia cedido cuando los otros palos lo hicieron.

Sin embargo, el capitan le miraba con odio. Solo algunos de los marinos más antiguos podian distinguir algo más. Era un brillo sutil, una nota la sinfonia del odio, pero estaba ahí. Sus ojos, entre cerrados de la rabia, no dejaban ver lo que para los que comenzaron con el la primera travesia era evidente. Realmente no llovia.

El capitan estaba maldito, y por orgullo se maldijo a si mismo. No podia permitir que su tripulación le viera flaquear y así cuando el agua salada se acumulaba en su interior, nubes de rabia aparecian por el horizonte y al instante comenzaba a diluviar.

De aquel arbol, de aquel espriritu había surgido su bordon su pierna y su barco. Aquel espiritu que le ayudó a llegar donde estaba, parecia crujir de dolor. Ya antes habia crujido, ¿pero cuanto más aguantaría?. Sabía que aunque perdiera su mastil seguiria hasta el fín, pero aquel pedazo de madera había hechado raices en su interior.

Ya habian recojido las velas, ahora no se le oia sufrir. La lluvia habia cesado, más una niebla espesa rodeaba el barco. El capitan ya no estaba en el puente, andaba por las montañas camiando despreocupado hacia el suroeste.

A lo lejos, en lo alto del collado había algo clavado en el suelo. Era un palo, era una estaca, al lado del camino habia un hombre anciano, junto a su cabaña. Cuando hubo llegado al collado, el anciano le miraba fijamente. El intrigada se la devolvio.

Anciano:-Joven es tus ojos veo que tu camino será largo, más te valdría coger un buen apoyo.-
Joven:- Yo soy joven y mis piernas fuertes, no necesito un bastón para ancianos. Puede que usted, que esta medio ciego lo necesite, pero yo me sobro con mis piernas.
A:-El camino a las estrellas no es sencillo, muchacho, si quieres llegar algún dia allí habras encontrar un lugar donde apoyar te cuando desfallezcas, pues el camino es largo.
J:-¿Comó sabe usted cual es mi camino?
A:- ¿A caso hay más de uno? , si tu pregunta es por que un pobre ciego conoce tu destino, te diré que el no ver la luz no es cerrar los ojos, pues la respuesta es sencilla. Los pasos de quien anda hacia algún lugar de la tierra y suenan como mazas que machacan la tierra. Los que andan en sueños apenas rozan el suelo, y los que como tú persiguen las estrellas, siemplemente no se os oye andar, ya que cada paso sabeis que no estais más cerca de alcanzarlas y tan solo vuestra respiración os delata.

Ante tamaña sorpresa, el peregrino cogió en bordon clavado en el suelo y continuó su camino, esta vez con un punto de apoyo.

El mastil, al fin y al cabo era el punto de apoyo de las velas, que hacen volar el navio, sin mastil, se puede sobrevivir, pero nunca llegar a las estrellas.

martes, octubre 17, 2006

El primer paso


Hace tiempo que partió del hogar de la inocencia y sin embargo sigue persiguiendo nubes, fantasmas y castillos en el aire. El amanecer, ese instante de paz antes de que suene la campana del puente. Ese instante en que las musas se hacen corpóreas y el pasado, presente y futuro se mezclan. No es ni hoy, ni ayer ni mañana.



Tan solo el sonido de la brisa marina rompe el silencio. Cuando termina una peregrinación, empieza la siguiente. Igual que en el día, no hay un momento de paz solo instantes.

¿Cual será el rumbo para el día del hoy?. A lo lejos, en las horas previas a la aurora había unas luces en la costa.

¿Qué le había llevado tan lejos?, que paso tras paso le habían llevado a donde no se puede caminar.

¿Qué buscaba sin cesar recorriendo las costas de medio mundo?

Quizás el primer rayo de sol tenga las respuestas, o quizás sea mejor no pensar en ellas. Quizás lo mejor sea y tan solo seguir adelante, adelante , adelante, sin poder avanzar.

Una imagen. Un martillo de hierro golpeando el rojo metal. Como el rojo de las nubes al amanecer. Lava incandescente. El no golpea el hierro, el no forja. Un hombre oscuro y misterioso lo hace. Aquel hombre conocía el camino, aquel hombre sabía que había más allá del valle. Sabía que había más allá de la ciudad. El hombre sabía, sabía transformar la piedra en metal.
El había decidido ir más lejos, quería saber... donde nacían las estrellas. Al oeste, decían todos.
Desde allí, no podía ver el lugar donde nacian, las montañas se lo impedia. Por lo que una noche del final del verano comenzó el camino. Hombre oscuro le miró antes de partir, y le entregó dos cosas, una espada(para que jamás tuviera que rendirse) y un extraño artilugio para mirar más allá. El le miró, y palabras salieron de la boca del hombre.

-Hijo, yo buscaba la libertad y la encontré construyendo cadenas. Tu buscas estrellas, camina, navega, vuela, pero serán las estrellas ellas las que te encuentren a ti.


El Sol ya ha matado los tonos rojos que teñían las velas de su navío. Era hora de hacer trabajar a esos holgazanes, ya era hoy y no había un segundo que perder.

lunes, octubre 16, 2006

Soledad

I

Soledad libando
solitarios cálices.
Soledad del alma.
Soledad del Valle.

Soledad de plomo
pesa sobre el aire.
Soledad que siento
convertirse en carne.


II

El éter
se abre.
Se concreta el tiempo,
se pasma el instante,
y absorto

brindo a mi existencia lágrimas gigantes.

Vibra el infinito
de avidez salvaje.

Y un íntimo culto
renace
modulando estrofas de la sinfonía vital
con notas sensuales.

III

Soledad... ¡te amo!
Te amo como a nadie.

Ay qué bella..., cuán hermosa
me resultas para amrte,
porque soy tu partenógeno
en mis grandes soledades.


Cuán propicia
-¡madre , madre!-
cuán propicia
para el Arte
para verte
sin mirarte,
porque tú eres transparente,
soledad del alma...soledad del valle...

Cuántas veces
he corrido hasta tus brazos maternales
de la cima de los montes
por besarte,
y he amado de tu alma
solitaria tanta sangre,
que tus senos
conoidales
se caían como pétalos de otoño
en el agua amarillenta de un estanque,
mientras todo tu vestido trasparente
lo llevaba tras sí el aire.

¡¡Soledad!!
Cuando tú me concebiste
-¡ay, mi madre!-,
cuando tú me concebiste,
nadie pudo fecundarte.
No hubo un hombre
que llevaras a los tálamos nupciales.
No hubo nada
No hubi nadie.
Era el ansia
pasional de mis instintos naturales
quien me puso en tus entrañas
y te hizo madre...

Que yo mismo
fui tu amate.
Que yo mismo
fecundé a mi propia madre
con los versos
de mis largas soledades,
cuando toda mi posesía
se fundia con mi espíritu salvaje.
Que yo mismo
--madre,madre--
de la mano
te llevé hasta los altares
de los templos irreales
que dibujan las montañas solitarias
en sus cimas colosales...

...Te llevé a que me parieras,
partenógeno-!ay, madre!-
solitario enamorado,
porque sólo estando solo puedo amarte.
.....................................................................
.....................................................................
Cuando tú me concebiste,
vibró el aire.

Ni más gritos,
ni más ayes.

Cabalgaba la armonía del silencio
silenciando los instantes,
mientras yo me enamoraba en tus entrañas,
soledad del alma, soledad del valle.


El Cementerio Estelar

Compostela, el "Campo santo de Estrellas", Cementerio Estelar. Lugar mágico que atrae las almas, al cual se dirigen los peregrinos.

SGR A*, centro de nuestra galaxia, agujero negro supermasivo entorno al cual peregrinan todas las estrellas de la galaxia. Hogar de millones de cadaveres estelares.

Hacia allí van estos personajes. Aquí se enterraran las poesías, historias y tesoros que Pmisson encuentre.

Siente te libre de desenterrarlos, mas no respondemos de que puedas hallar.