lunes, febrero 08, 2010

Soneto

Conócete a ti mismo... -me decía
la voz de mi Maestro-. Yo me ignoro.
No quiero que en la vaga melodía
de mi vida se escuche el triste coro

de las musas muertas, vaga poesía
lenta y monorrítmica, sin decoro.
Yo me ignoro. Lo prefiero. Algún día
veré desvalorar lo que valoro

en el fondo sensible de mi vida...
Hoy lo guardo.. Es toda la belleza
que tengo... Un desnivel en la balanza

del destino filosofado... La ida
de lo comprobado, de la certeza
absurda que asesina a la Esperanza.

Llegando al fín.

Oscuridad. Un lugar, en el corazón en el que se supone que todos deberia ser acción, fuerza, energía, brilló. Sin embargo no es lo que perciben mis ojos.

Un segundo antes. Si, un segundo antes todo era asi, todo el brillo. Todo eran fuegos artificiales, todo era.

Era, palabra que que define lo que pasó y nunca volverá.
Era, aquello que tenia una propiedad pero esta se evaporó.

Silencio. Muerte.

¿existen realmente? ¿son una ilusión? ¿o la ilusión es la vida?

Todas estas preguntas carecen de sentido ahora. A las puertas del horizonte de sucesos.
Pasado ese humbral ya nada tiene sentido.

Se que no percibiré nada cuando lo cruce. Más se que ya nada se podrá hacer entonces. Quizás incluso es posible que ya este dentro de él.

Este silencio, este frio me indican que el fin eterno esta cerca.

Uno a uno todos mis pensamientos uran surgiendo de mi, lentamentamente al principio. Más y más rápido cada vez. Hasta que ya no perciba el mundo exterior y el ruido en mi cabeza ahogue el silencio.

Se que en ese momento ya habré llegado. Ya estaré donde todos llegaremos algún dia.

Al cementerio estelar. 25.000 años-luz de viaje en el espacio tiempo.