domingo, noviembre 27, 2011

Amamos lo que amamos

Amamos lo que amamos. La razón no entra en juego. En muchos aspectos, el amor más insensato es el amor más verdadero. Cualquiera puede amar algo por algún motivo. Eso es tan fácil como meterse un penique en el bolsillo. Pero amar algo a pesar de algo es otra cosa. Conocer los defectos y amarlos también. Eso es inusual, puro y perfecto.


Patrick Rothfuss.

domingo, octubre 23, 2011

Jona y Arturo en la Ciudad de los Brujos.

En una lúgubre cueva vivía un grupo de niños, estos niños habían huido de la gran guerra y se habían refugiado allí. Estos niños podían ser Españoles, Judíos o Alemanes, Rumanos o Rusos o de muchas nacionalidades, pero la imaginación de los niños es universal y no tiene fronteras, así que, qué más da de donde fueran.

Allí vivían los niños de los que trata esta historia, eran cuatro hermanos que habían perdido a sus padres y el mayor, Jona hacía de padre y madre.

Jona, de tan solo 12 años se encargaba de salir a cazar, traer comida y cuidar a sus hermanos y a otros niños que vivían el gruta. Todas las noches, cuando los rayos de la luna se filtraba por los pequeños agujeros del techo, Jona les contaba cuentos a los niños como hoy os los cuento a vosotros. Los chicos vivían en un mundo de brujos, brujas, dragones, magos y todo tipo de fantasías.

Un día, Arturo uno de los chicos, después de pasarse tres días pendiéndole a la mañana, tarde y noche(ojalá hubiese podido decir que fue a la hora de desayunar, comer y cenar, pero solo comían una vez al día, cuando conseguían comer), que por favor le enseñase a cazar vampiros de tierra. Tras tanto insistir, Jona accedió a llevarle por los pasadizos prohibidos en busca de tan temibles alimañas.

Salieron temprano a colocar las trampas, iba a ser un día muy largo y seguro que iba estar plagado de aventuras. Arturo soñaba con que quizás se le ablandase un poco el corazón a Jona e incluso le dejase explorar fuera del laberinto.

Jona le advirtió a Arturo que había que estar siempre muy callado, ya que había terribles monstruos en el laberinto y que tenia que estar tan, tan callado que solo oyese el latir de su corazón. Desde luego esto a Arturo no le resulto difícil porque estaba tan emocionado que su corazón palpitaba como si fuera un timbal.

Arturo llevaba mucho tiempo sin salir de la gran sala donde vivían y la galerías se le hacían extrañas, de pequeño las tenia mucho miedo, solo Jona sabía salir del laberinto y muchas veces había tenido pesadillas con aquellos pasadizos oscuros. Pero Jona ya le había dicho muchas veces que no podía tener miedo, que el era Arturo y los Arturos nunca tenian miedo, además ya tenia casi una mano entera de años y era muy mayor para esas cosas.

Ya volvían de la cacería, cuando Jona y Arturo pasaron cerca de una gatera que daba al exterior. Quédate aquí y no te muevas, le dijo Jona a Arturo mientras el se metía en la gatera. Al salir Jona descubrió un gran tesoro, y volvió a gruta para avisar a Arturo.

-Arturo, Arturo, ven aquí- le gritaba Jona desde la boca de la gatera.

Arturo se emocionó, iba a volver a ver la ciudad de los brujos.

Es verdad, no os había hablado de la ciudad de los brujos. La cueva en que vivían nuestros protagonistas no estaba en una gran montaña o en un oscuro bosque, sino que era cueva enorme que estaba bajo la gran ciudad del los Brujos. Los brujos eran personas grandes muy muy malvados que vivían solo para hacer ruido, correr y hacer extraños conjuros. Hacían conjuros para todo, para moverse, para dominar a las bestias, para hablar con otros brujos y también para matarse entre ellos. Jona les había contado que había una gran guerra entre los brujos grises y los brujos verdes y por eso a veces oían grandes truenos sin que hubiese lluvia, porque los brujos se tiraraban truenos y rayos unos a otros.

Los brujos era malvados, pero bastante tontos, y casi nunca miraban más allá de sus narices, así que era fácil robarles sus tesoros. Por ejemplo, Jona les había contado que aquella gruta había sido escavado por enanos que querían robar todo el oro que había en la ciudad de los brujos, y que incluso todavía había alguno pululando por el laberinto y por eso había que tener siempre cuidado.

Como os he contado, los brujos eran muy tontos, pero no así las brujas. Las brujas eran terriblemente listas y eran muy peligrosas ya que como todos los niños saben las brujas algunas comen niños. Afortunadamente, había pocas.

A ver, por donde estábamos…..Mmmmm ya me acuerdo, estábamos en que Jona iba a buscar un tesoro en la ciudad de los brujos.

Justo, cuando Arturo asomó la cabeza por la gatera, vio como una bruja cogía a Jona y se lo llevaba. Arturo se quedó paralizado dentro de la gatera, aterrado, temblando de miedo. ¿Cómo podía ser eso? Pensó, él, Arturo, no podía tener miedo. Y se decidió ir a rescatar a Jona.¿ Que habría sido de Hansel si Gretel no se hubiese enfrentado a la Bruja? y además él no sabía volver a la guarida así que se decidió a luchar hasta la muerte por su hermano.

Arturo, estaba aterrado, y se había quedado paralizado viendo como se llevaban a su hermano. Ahora, ya recuperado, se dirigió hacia donde se dirigía la bruja malévola con su presa.

Tras uno minutos andando cuidadosamente, Arturo se dio cuenta de que era invisible, nadie le miraba. Todos los brujos y brujas andaban cual zombis si ton ni son por aquella ciudad. A lo lejos vio un gran agujero del que salían miles y miles de brujos y brujas, allí debía estar el cuartel general y su hermano seguro que estaría allí.

Para entrar allí Arturo tuvo que superar miles de trampas; Molinos de Aspas de espada, escaleras que andaban y muchos obstáculos más.
Bajo mil y una interminables escaleras, que por supuesto debían conducir al mismo horno del infierno. Hasta que llegó a una grandísima cueva. En dos filas se hallaban los brujos, dispuestos a invocar a algún demonio de las profundidades y así al poco tiempo un estruendo anunciaba la inminente llegada de la bestia. Tenia uno ojos gigantes, llenos de fuego, y mil bocas. El monstruo se detuvo en mitad de la estancia y abrió sus bocas.

Al instante, como poseídos todos los brujos se lazaron corriendo en las fauces de la bestia, y el pobre Arturo se vio arrastrado también.

Arturo, se acurruco en rincón oscuro, dentro de la tripa de la bestia y agotado se durmió.

De repente despertó. Era extraño, le pareció seguir durmiendo, porque era todo otra vez oscuro y sin embargo tenia los ojos abiertos. Es sintió tonto, pues claro que estaba despierto, y aun dentro de la tripa de la bestia. Al principio no pudo reconocer el lugar, sin el fuego en el techo y con todo lleno de brujos, ahora vacío. Era obvio que la bestia estaba durmiendo.

Tenía que salir de allí, aunque no sabía ni donde estaba, no podía olvidar que Jona podía estar apunto de ser devorado y él tenia que luchar hasta el final.

Con gran esfuerzo consiguió abrir as fauces del monstruo y salir de su tipa. Imaginaos la cara que puso Arturo cuando vio un millón de monstruos como ese todos durmiendo placidamente. Arturo intento no hacer ningún ruido para no despertarlos, pero su corazón retumbaba como si en vez de corazón tuviese todo el eco del mundo allí atrapado. Sentía que en cualquier momento se le iba a salir por la boca.

Un grito. Seco. Arturo se gira y ve a un brujo le lanza una rayo de luz. Corre, corre y corre. Corre porque es su ultima esperaza, corre porque le va ha estallar el corazón, corre para salvar a su hermano, corre porque solo puede correr. Y vive dios que jamás niño de piernas tan cortas corrió más. Pero no fue suficiente y el brujo le atrapó.

Agotado ya de patalear y intentar dar un mordico letal al brujo, rendido por el momento, se dejó llevar. Quiso llorara de rabia, pero no sabía. En la cueva estaba prohibido llorar, porque atraía a las alimañas, y ya se había olvidado de cómo se hacia.

Le obligaron a sentarse en un artilugio de madera con patas. Mientras el brujo hablaba con un aparato negro del que salían sonidos de ultratumba.

De esperar en aquella oscura estancia y de lo agotador que es mantener aquella rabia, Arturo volvió a caer en los brazos de Morfeo.

Al despertar, estaba en una cama, como aquellas con las que soñaba desde que huyeron de su casa durante la gran tormenta. Y a su lado, Jona. Una lagrima salio del fondo de su corazón, subió por la garganta y le nació en el ojo. Abrazó a su hermano con todas sus fuerzas, mientras este le consolaba.

Aquella noche, el cuento trató de que no todas las brujas son malas, sino que la mayoría de las brujas, son hadas disfrazadas.

Así, la bruja que secuestró a Jona, pasó a ser su Madre hada, o mejor dicho hada madrina y rescató a todos los niños de la cueva.



Años después, Arturo se reía de su propia imaginación que veía vampiros de tierra en las ratas, demonios de mil bocas en el metro y de lujosa cueva su mugrienta cloaca.
Y es que la imaginación de un niño es su única arma.(Basado en hechos reales)




Pmisson.

jueves, agosto 25, 2011

A donde te lleva el camino

Pasaron los días y tras andar y andar. Solo durante la noche siguiendo el camino de las estrellas. Un día llegó al mar. Pero aun no había encontrado lo que buscaba. Allí no acababa el camino. El camino continuaba en el cielo. A lo lejos, en la playa había un pequeño barco de pescadores. Las señales del cielo eran claras. Debía continuar.


Habían pasado ya muchos años desde que se hizo a la mar. Muchos años desde que comenzó el camino. Pero tras tantos años todo seguía igual. Más cansado pero igual de perdido. Perdido en un mar inmenso del que se sentía dueño dentro de su cascaron.

El recuerdo de las sirenas, de las musas, de la campesina seguían con el durante las noches. Pero al amanecer, volvía a ver, algunas veces, la estrella. El camino que le hacía continuar y marcaba su rumbo. Siempre más allá, siempre al horizonte.

Aun así, estaba perdido. Pero que más da estar perdido, si sabes a donde quieres ir y disfrutas del viaje. Por eso dentro de la melancolía del mar, de las estrellas y la noche. El era feliz.

viernes, julio 08, 2011

Perdón.

No pido perdón... Para que me va perdonar si ya no le importa...

Sabina.


Por que quien no pide perdón , no es nunca perdonado.

Desconocido

sábado, julio 02, 2011

NO VOLVAIS LA MIRADA

Un Caballero encontró a otro en una de las esquinas del castillo de Camelot y cuando se acercó, comprobó que este estaba llorando.

Despacio, como caminando con rencor se acerco a él, le levantó la cabeza, y le inquirió dulcemente:

-¿Por qué lloráis joven Caballero?

El segundo hombre le miró y dejó de llorar , y sin quitar la vista del primer Caballero dijo:

-He perdido todo lo que tengo, me han dejado Señor.

-Veréis, yo sabía que tenía que suceder por el cómo habían pasado estos días pero siento que me muero por dentro, me muero Señor.

-Veréis -exclamó el primer Caballero- no soy nadie para aconsejaros puesto que se lo que sentís, pero tan sólo dejadme que os de mí opinión sobre lo que es el amor.

Ese amor que ahora sentís y que en vuestro caso es destructivo e incluso aniquilador, porque estoy seguro que no pensáis en vuestra vida ahora y sí en que os gustaría que os la quitasen.

Yo también he amado, he amado con locura Sir, con tanta pasión que ninguna constelación hubiera podido ponerlo en duda. Tanto que habría dado cualquier cosa del mundo por conservarla.

Pero dejad que os diga lo siguiente:

Sí alguna vez conquistáis una estrella, si alguna vez lográis que la misma brille por vos, sí alguna vez conseguís eso, no permitáis que cambie de color, ni que deje de brillar.

Y si cambia de color Señor, y teniendo el punto de partida de que el amor puede ser tan hermoso y brillante como una estrella pero tan destructivo como un huracán, por vuestra vida caballero, no gastéis ni tiempo en coger vuestra armadura y corred, corred hasta que os duelan las piernas, porque sería fatal y destructivo para vos.

Quizás la muerte sería un principio de una agonía aún mayor, quizás ello sería tan solo el principio, así pues por vuestra vida... huid caballero y por mucho que lloréis, por mucho que os cueste, mataros a correr y no volváis la mirada.

Y si esa misma estrella pierde su brillo Señor, si deja de brillar no os lo plantéis tampoco. Poneos vuestra mejor armadura, vuestra mejor insignia, vuestro mejor uniforme y llamadla, luego rozadle la mejilla con dos dedos dulcemente y susurradle:

"Habéis brillado para mí, ahora dejad de estar pálida y marchita con mi presencia"

Después de eso, girad sobre vuestros talones y salid por la puerta.

Sólo cuando la hayáis cruzado, sólo entonces podréis llorar, pero llorad tranquilo, pensad tan solo que una vez brillo para vos y por vos, pensad también que fue vuestra, y aunque se que no os servirá de consuelo pensad que no todos los Caballeros consiguen ese brillo alguna vez, y como os dije:

"No volváis la mirada"

Y diciendo esta ultima frase el primer caballero giró sobre sus talones y no volvió la mirada por segunda vez, no lo hizo.

SIR KEN MASTER

Rescatada de "La dama del Lago"

martes, junio 28, 2011

Canto Enorme

Estoy encinto
de dolor poético.

Yo quiero escribir unos cantos
que lleven las notas del dolor que siento.

Parir y escribir.
Sacarme de dentro
toda la armonía
de mi pensamiento.

Estoy encinto.
Yo quiero
parir sensaciones
con dolor poético.
Yo quiero escribir unos cantos
con fuerza viril y dolor materno.

Yo siento mi espíritu físico
romper nebulosas, reventar luceros.
.................................................................


Ni pños,
ni lienzos.

Coágulos de sangre.
Martilos rmpiendo
la azul armonía.
Impetus concretos.
El alma amorosa.
Los brazos abiertos.


Se estrella en la tierra,
desgarrdo, un cuerpo.

Ni paños,
ni lienzos.

Coágulos de sangre
sólida en el suelo.

Una lejanía
produce un ruidillo incorrecto,
y aborta la entraña
lirismos azules pintados en negro.

La fuerza viril.
El dolor materno.

Roza con el aire
el brote más nuevo.

Ni más mimos
ni más besos.

Ni más paños,
ni más lienzos.

Coágulos de sangre.
Soledad pariendo.

Entrañas deshechas.
Mi dolor, en medio.
....................................


La mirada del valle
no se pierde en las pestañas del recuerdo.

Seducido por mí mismo,
virilmente estoy pariendo
una amargura inconcreta.
Y estoy vomitando versos.

Tragica sombra

(sin sangre)

I

Sábanas de lienzo
planchan dos comadres.

Sábanas de lienzo
casi inarrugables.

Heno en la blancura
pálida y exagüe.

Potros que devoran
con gula el forraje.

Noche que concreta
sus oscuridades
y esparce en los tálamos
perfumes nupciales.

II

Sábanas de lienzo
planchan dos comadres,
allanando abruptos
y sinuosidades.

Sábanas de lienzo
casi inarrugables....

Y cuando volvieron
mis cuatro puñales
a rasgar espacios
y batir los aires,
ni sonaron gritos,
ni sonaron ayes,
ni se abrieron labios,
ni se abrieron carnes,
ni aspiré el perfume
rojo de la sangre.

Ay, trágica noche
que pasaba en balde.

Fantasmas

Fantasmas en la noche me atormentan. Entran en mi cama como cantos de sirena que me acercan hacia los arrecifes. Lucho y lucho pero sus gritos me ahogan. Es tan dulce el dolor del canto ...


Fantasmas, fantasmas ....

domingo, junio 26, 2011

Tragica sombra

(con sangre)

I

Cuatro gritos suenan
como cuatro ayes.

Tragedia en el alma.
Forzudos gigantes
silenciosamente
luchan contra nadie.

Libres de la vaina,
mis cuatro puñales
abren ocho labios
en la faz del aire.

Cuatro gritos suenan.
Ocho labios abren
sus rojas entrañas
mojadas en sangre.

Cuatro gritos suenan
como cuatro ayes.

II

Tras de los barrotes
nacen nuevas cárceles
Y entre los pasillos
se mueren de hambre
carceleros jóvenes
hijos de titanes.


III

Los brazos armados
bajan al instante.

Los gritos agudos
corren por las calles.

Mientras los cuchillos
mojados en sangre,
como vagas sombras
huyen de la tarde.

Ay, trágica noche
que me espera en balde.

sábado, junio 25, 2011

Violación

I

El alma vibrando

El alma vibrando.
Y el espacio abierto
rasgaba vestidos
a fuerza de besos.

II

Nervios de tragedia.

Cuchillos enhiestos
cortaban las tiras
de sutiles velos.

Y entre la blancura
nítida del cuerpo,
saltaban a brincos
capullos abiertos.

Que vibraban, locos,
al compás los senos.

Cuerpos preparados.
Tragedia en el nervio.
Capullo que esparce
su perfume inmenso.

III

El músculo, opaco,
se contrae un momento

Yeguas desbocadas
sobre cuatro versos.

IV

El músculo, elástico,
muere en el silencio
musical y trágico
de inmóviles cuerpos.

Hola enrojecida.
del capullo abierto.


viernes, junio 24, 2011

Anamorfismo

I

El beso al espacio.
El espacio, absorto.
Vibra con violencia
unlabio en el otro.

Vagamente cruza
el espacio amorfo
la fibra sensible
de un arco sonoro.

Cesa el infinito.
El violín, al hombro.
El alma tropieza
y, al caer, un tono.

Vibrar de pestañas.
Al vibrar, un ojo.
Produce el espacio
caderas y hombros:
greografía y arte
se funden a un soplo.

El alma, concreta,
vela bajo el foco.

II

Muere la distancia.
Un extremo a otro
se junta en el centro
del llano espacioso.

Chillaban al aire
látigos sonoros.
Chillaban al aire...
Y, heridos, los potros
piafaban versos
vibrantes y locos.

Rueda el infinito.
El nervio, en el dorso.

Cuatrocientos trotes
se inician de pronto
dejando el espacio
cada vez más corto.
Y el espacio junta,
vibrando, los codos.

Ciegos, sin la fosa,
quedan los cuatro ojos.

Desnudez

I

Sobre el pentagrama
está agonizando, sin música, el verso
Sobre el pentagrama,
pautas en barbecho.
Enhebran latines
trágicos silencios.
Ni siquiera estalla
suavemente el beso.

Musica marchita.

Y el alma, pudriendo
sus mejores ansias,
deja el brote nuevo
sobre el brote ajado
que yace en el suelo.

Y se lleva al brote
de la mano el viento....

(en la fantasía
todo es campo yermo,
donde sólo reinan
trágicos silencios.)

¡Ay, tragedia enorme
oprimiendo el pecho!

II

Sonata en la noche
del poema ciego.
No existe, no existe un poeta
que viva viviendo.
El brote más sano,
el brote más nuevo,
muere entre el dolor
del amor primero.


III

Sobre el pentagrama,
el poeta ha muerto.

Manzanas podridas
abiertas por medio
muestran corazones
jóvenes latiendo.

Sonata en la noche...
El amor y el verso...
Sobre el pentagrama,
trágicos silencios.

Ay tragedia enorme
que me oprime el pecho.

miércoles, junio 22, 2011

Tragedia y beso

Violentaba el eco
los arpegios rotos.

Sobre los espacios,
tus labios redondos;
y en el pentagrama,
cuatrocientos potros
relinchando brutos
mis ímpetus locos

Brazos invisibles
sujetaban hombros...

Cinturas elásticas
partiendose a trozos.

Y entre la distancia
mínima que existe entre un labio y otro,
vibraba el poema
lleno de tragedia de tus labios rojos.
.......................................................................

En el pentagrama,
cuatrocientos potros
batiendo en enigmas
ímpetus de plomo.

Y al retorcimiento pasional y enorme
de pechos encintos, vibrantes y locos,
gritaba el silencio
ímpetus de labios sin verbo ni tono.

Brazos invisibles
sujetando el hombro.

Cinturas elásticas
rompiendose a trozos.

Versos que apuñalan
trágicos despojos...

Melenas deshechas
y crines de potros
al retorcimiento pasional y enorme
que nubla el cerebro tras el beso loco.

Sonrisa verde

I

La Muerte sonríe
un caos musical que me estremece.
En el alma tengo,
riendo, la muerte.


II

Paisaje sin luna.
Rígidos cipreses.
Graves sacerdotes
de perfiles verdes...
Yo siento en el alma un contacto
que me languidece.

III

Oh monjes ascetas
de tristeza alegre.

Clásicos guardianes
del alma que muere...

Vuestra faz litúrgica
no rejuvenece.
Tenéis la desgracia
de ser viejos siempre.

Vuestra faz litúrgica
de expresión carece.
..................................

Oh sombras enhiestas.
Oh duendes
llenos de tragedia, que cantáis silencio
caóticamente,
yo me creo que tengo común con vosotros
la sonrisa verde.


IV

La Muerte sonríe.
Tiene una sonrisa caduca y enclenque.

El caos de la vida.
El frío de la fiebre...

Música endiablada
que embede.

Música sin notas
y callada siempre.

Melodía nocturna con ritmo
y olor a cipreses.
Almas milenarias que vivis sin vida
la vida de graves y de eternos frailes,
con psicología
de la propia Muerte ....
Oh firmes
cipreses,
yo me creo que tengo común con vosotros
la sonrisa verde.

sábado, junio 11, 2011

Poema inmovil de la sinfonía agonica

Vacío....

No encuetro más que vacío.
A mi vida insulsa la rodean mil necios
que acrecientan con sus mil desprecios
el reflejo duro del desprecio mío.

Vacío...

La vida no la estimo más hermosa.
Mil y un necios... Mil y un cuentos.
La vida no es más bella...
momentos
de la ninfálida agónica y la flor tuberculosa.

Infierno o cielo....
¿qué más da?
La vida no es más bella... necios ....Yo, uno más.
Cielo...Infireno...Un más allá
que no tendré valor de ver jamás.

¿Qué más da, si le falta la sustancia
a la Vida; al alma, amor;
sangre al pecho y a la flor
su perfume y su fragancia
...qué más da?

Sólo el virus del arte me compensa.
Me sé artista, que es sentirse imbécil, necio.
Patogenia pentagramal... que es el último desprecio
a la humana laya...a la humana mierda...

Función apoplética...
Cogí una cuerda
de mi violín nocturno...
Una cuerda tensa,
y apunté en el arco mi último dardo.

Estúpido arquero de una María Luisa...
(estúpido arquero...)
que soñó tres noches con que era Leonardo
pincelando al fuego la oculta sonrisa
virginal y etérea de la Monna Lisa.

-Creí que en la noche el violín gritaría
desgarradas notas de un verso mejor.
Faltó una osa para herir a la noche... Faltó el amor....
Faltó el amor ...
Y la poesía.

Pasaran

Pasaran los dias, y mi pensamiento
seguirá en el éter, contemplando triste
cómo se marchitan todas las estrellas
que sembró tu amor en mis versos felices.

Pasarán los dias, y tu pensamiento
quedará agostado sobre mis jardines...
mientras, deambulando con melancolía,
bese los lugares por donde anduviste.

Pasará la vida como un aerolito...
Yo ya no sabré a quien escribirle
mis versos de amores, ni tu escucharás
monótonamente mis poemas grises.

Cantares

domingo, mayo 29, 2011

La Magia

Sobre tu celeste luminoso y bello
existe una magia y un encantamiento.
A veces quisiera sacar de un destello
de tus ojos vivos todo un pensamiento.


...De tus ojos vivos en la noche muerta ...
Todo el pensamiento que el amor constela
en el cielo inmenso de la fantasía.


Argos en mi alma, centinela alerta
del etéreo mudo que en tu alma riela,
del etéreo mudo y de la armonía...
Argos en mi alma... como centinela
sereno que todo lo inmerso vigila
melodiano toda la estelar poesía
que tras tu mirada vierte tu pupila.

Vaga por tus ojos una melodía
que armoníza al mundo de mi astrología.

viernes, mayo 06, 2011

Poema triste

Quisiera escribirte un poema
con notas y acordes de un viejo violín,
que dijera triste, muy triste, la estrofa
de un alma truncada en la vida sin ti.

Quisiera escribirte un poema
devanando risas, y que al sonreír
con amargo rictus, la madeja loca
quebrara su hilo sin llegar al fin.

La vida es tediosa, muy triste,
cuando en mi consciencia miro para mí.
He dicho mil veces en mi cegamiento
que puede que un día llegue a ser feliz:
es la pirotecnia de mis utopías
que alelan a veces mi alma infantil.

Yo siento mi vida romperse
bajo todo el peso que en verso escribí,
y triste, muy triste, que el cielo
nuble a mis estrellas sin tenerte a ti.

Siento cómo lloran las musas divinas
tras de los rosales mustios del jardín
en la noche amarga, sin lunas ni estrellas,
en los brazos laxos de mi noche gris.

Parece que lloran mi postrer poema
al compás absurdo del viejo violín
viendo un alma truncada en la vida sin ti.

Todos los fanales apagan sus luces,
el casco preludia rítmico crujir,
y las velas hacen el blanco sudario
que cubra en los mares a mi bergantín.

Y, como apagadas, se oyen las voces
del vigia subido en el alto mastil,
declamando, ahogado, los últimos versos
de un alma truncada en la vida sin ti.

Paisaje Animico

Casi con espanto
dirige la noche
sus oscuras manos
hacia el infinito.

Vigilan los astros
desde los alcores
el celeste encanto.

Y un silencio dulce,
dulcemente vago,
pronuncian muy quedos
invisibles labios.

Hay sólo un instante
de sabor poemático.

El éter se abre
semejando labios
de forma incorrecta.
Parece un presagio.

¿Qué pasa? -preguntan.
Respondo:
Que amo, que amo.....
En un punto fijo
del cielo estrellado,
un cometa mira
lo que ocurre abajo

Me ve poderoso,
rico, acaudalado,
con brillantes rubios,
en mí concentrado,
lautamente vivo
y necesitado.

¿Qué siento?

Pronuncian
silenciosos pasos
seres invisibles,
tenues y fantásticos.

Vibra el infinito.
Se ondula el espacio.
Las pupilas sacan
de su fondo un llanto
sinecioso y lento,
brillante, ignorado.

¿Qué pasa? -preguntan.
Respondo:
Que amo, que amo....
Silenciosamente....
como algo fantástico.
El cuerpo dormido;
el pecho sonámbulo;
el alma sumida
siempre en su letargo.

(Y sigue la rueda
celeste entretanto.
La noche, en silencio,
se sube en el carro.
Le sigue un cortejo
de luceros blancos
sobre sus brillantes
y azules caballos,
musitando himnos,
susurrando cantos,
vagas sonatinas
de sabores vagos...)

Yo soy un eterno
viandante noctámbulo,
un ingenuo artista
de los mundos raros,
hijo del silencio,
nieto del espacio,
dueño de los soles,
de la noche esclavo...

sábado, abril 30, 2011

Temblor

Habían pasado ya 3 años desde que habían llegado a aquella isla. En ella habían encontrado la paz y la tranquilidad. Buena pesca y refugio ante las galernas. Aquel era el refugio perfecto.

Sin embargo, tantos años allí ... habían hecho pensar a más de uno que aquel lugar les pertenecía.

El capitán, no pensaba lo mismo. Sabia que la nadie puede poseer y dominar a la tierra.

Pocos miraban a lo alto de la montaña de fuego que había en el centro de la isla, salvo el. Era su lugar favorito de la isla. En sus cuevas, podía sentir el calor que había perdido hacia tantos, y tantos años.

Pasaron semanas y ambos sabían que quedaba poco para el final del camino. El seguiría su camino de estrellas y ella ... ella debía volver. Llegaba la época de la cosecha y debía regresar a recoger lo que sembró y abandonó hacía ya varios meses.

Ambos lo sabían, pero ninguno quería tomar la decisión, ninguno quería pensar en que recodo se separarían y qué noche sería la última en que dormirían uno junto al otro viendo las estrellas.

Paseaban por el camino, cuando encontraron a una mujer vendiendo jugosas fresas. Fresas silvestres, fresas de verdad. Ella llevaba años buscando aquellas auntenticas fresitas, no podría desaprovechar aquella oportunidad y la vieja, no sin algo de trabajo por parte del peregrino y la campesina, les dijo donde podrían encontrarlas.

Estaban en lo alto de un cortado, a dos jornadas de camino de allí. El sabia que no podría trepar hasta allí, ella era joven y ágil y treparía sin problema. Llegar al alto por el camino que solía ir la vieja les llevaría al menos 5 jornadas, ella podía hacerlo solo en dos. De esta manera, decidieron que ella iría a por las fresas y él la esperaría en aquel lugar.

El camino era algo angosto, nada similar a los campos de su hogar, donde la esperaban tantas cosas que había dejado allí. A la noche llegó a la base del cortado, descansó y soñó.
Soño, que estaba de nuevo en casa y toda la cosecha esta lista para recoger. Todas las frutas listas para ser degustadas, todo lo que hacía unos meses era un erial muerto, ahora era un vergel. Pero, cuando despertó se dio cuenta de que esta muy lejos de allí. Antes del amanecer, comenzó al escalada, no le costó mucho trepar por aquellas piedras afiladas, aunque resvaladizas, llenas de musgo y líquenes.

Al llegar a lo alto, en una sombra bajo los arboles, encontró las fresas. Cogió una mata y probó una de esas deliciosas fresas. En ese momento salía el sol, sin embargo, ella no pudo ver más que un rayo filtrado a traves de las hojas del bosque.

En aquel momento, supo que no podría abandonar al peregrino, ya que le tenia embrujado y el no la dejaría ir. Allí, mientras el Sol salía, ella rompió el hechizo. Solo allí, lejos de aquellos ojos verdes, podría hacerlo. Los hechizos, se sienten a distancia, y el , sabía que se había roto. Sin embargo, el no estaba con ella por el hechizo, el veneno que le infectó hacía años ya había perdido su efecto. El, ahora, le había entregado medio corazón, el hechizo estaba allí, pero el amor es la magia más poderosa, más que cualquier hechizo.

A la vuelta, ella se sentía culpable, al mirar a los ojos de él. Ella no sabía como, pero sabía que el notaba lo que ella había hecho. Pero ... ahora todo eran dudas. Esos ojos verdes ...., intensos, ese corazón, ... ese calor... no los encontraría en ningún lugar.¡¡Qué había hecho!!!
Pero ella debía volver y el no podía acompañarla.

El peregrino la miraba, veía como ella se ahogaba en sus dudas. El no era su dueño, solo su esclavo, hasta hacia muy poco que ella había roto el hechizo. El lo había notado, como un puñal en el corazón, aquello le dolió, pero no le dolía ni la mitad que ver como se apagaba.

El sabiendo lo que sabía y que cuando ella se fuera, el quedaría partido en dos, sabía que no podía, ni quería retenerla, así que decidió liberarla. El había sido el esclavo, pero tan esclavo del es esclavo es el mamo, como el amo del esclavo. El también la había embrujado a ella, con amor y cariño, pero sabía que debian separarse.

Estaban sentados en un tronco del camino y el la miro a los ojos, después al camino que ella sabía que quería tomar, después , el camino de las estrellas. El miró su bordón y y después su camino. Se intentó levantar para dejar que ambos siguieran su camino, pero ella no le dejó. Ella temblaba y le agarraba como si una parte de si misma se separa se de ella. Se abrazaron, hasta que llegó la noche. No podían despegarse el uno del otro. Hasta que finalmente, el cansancio les cerró los ojos.

A la mañana, todo había cambiado, ella sabía que debía dejarle ir, ella debía volver atrás a por aquello que había olvidado. Él, volvería con ella, pero sería abandonaro todo y ella no se lo iba a permitir. Se abrazaron, se besaron y el repasó una vez más cada cabello, cada irregularidad de su cuerpo, la besó y le dijo "hasta luego". Como esperando, que aunque sus caminos se separaban, quizás para siempre, algún día esos caminos se volvieran a encontrar. Sabía que en realidad, al menos el, siempre llevaría una parte de ella con él. Ella no podía ser feliz siguiendo un camino que no era el suyo.

El volcán había explotado, todo iba a cambiar. Las sirenas le habían llevado a aquella isla hacia mucho tiempo, pero sabía que la búsqueda no había concluido. Debían zarpar inmediatamente, antes de que una ola gigante se tragara la isla o el fuego del volcán arrasara la vida. Quizás podrían quedarse en la isla, en la península sur, pero la isla estaría muerta, no podrían sobrevivir.

Cogieron los botes a toda prisa, el capitán había ordenado zarpar de inmediato.

El capitán, no podía dejar la isla, la sentía ya, como si fuera parte de si. Todo temblaba y ardía a su alrededor. Como buen capitán esta dispuesto a humdirse con la isla, sin embargo, la isla tenia otros planes. Una bomba le golpeó la cabeza y le dejó inconsciente. La tripulación le metió en un bote y remaron hasta el barco.

Cuando despertó, ya estaban lejos. El no quería dejar la isla, no podía. Pero la isla no quería que muriese allí. Era ya de noche y se veían a los lejos los fuegos del volcán. No podrían volver en varios meses a aquella isla y aunque volvieran, estaría desierta. Quizás, más adelante podrían volver, pero ya no sería la misma isla. quien sabe si otros piratas se habrían hecho fuertes en ella.

Pero, no era momento de seguir pensando en lo que habían perdido. No se veía la estrella y no tenían víveres para un largo viaje. Debian buscar otras islas donde repostar y continuar la aventura.

martes, abril 19, 2011

Viajes en el tiempo

Hoy he ido a ver una pelicula de viajes en el tiempo, en estas películas hay una constante.
Como el protagonista sabe que es lo que va ha pasar, es terriblemente consciente del valor que tiene cada segundo.

La verdad es que sea por lo que sea, intuición, premonición o profecias autocumplidas, he tenido la desgracia y fortuna de poder saborear el dulce nectar de esos segundo interminables. Escasos, valiosos, dulces y amargos al mismo tiempo.

La última vez que vi con vida a mi padre, o el último cabello en mi mano ... las últimas lagrimas en un parque o la última vez que viste una sirena salir del mar.

Son esos momentos, quedan grabados, en la mente, en el corazón.

Y son como esas peliculas, en las que siempre puedes volver a vivir ese instante una y otra vez.

En la vida, a diferencia de estas peliculas, no puedes cambiar lo que pasará despues cuando vuelves a vivirlas. Pero tallan tu corazón y tu espiritu. Y te dan la capacidad de volver a ver y vivir intensamente cada segundo.

Aquel y los futuros.

domingo, abril 10, 2011

Lo contrario del Vertigo

Poema lleno de un vacio implorante,
que me olvidé de rimar.



Yo amaba la distancia
y el límite inaccesible,
antes de ser gaviota
perdida en el océano.

Yo amaba el contacto
de la aurora en mi alma,
antes de que la noche
pronunciara un suspiro.

Ahora he visto a la nave
bipartiendo a la aurora.

Sobre el piélago duerme
la gaviota, olvidada.

Yo amaba el Amor
viertiginosamente,
como si fuera una línea
pendiente del espacio.

...Indefinidamente
yo amaba las nebulosas
confusas de mi alma,
como un misterio más.

Yo creo que ya no tengo
derecho a ser poeta,
y ante un cristal de aumento
destruyen mis distancias,
separan mis estrellas,
definen mi pasión.

Yo creo que ya no tengo
derecho a ser poeta,
ni llenar el vacío
de mi vida con versos.

El Tiempo y el Espacio
me hicieron ser gaviota...

Del piélago surgieron
neptunos argonautas,
hicieron con las pautas
parrillas musicales
y al fuego de mi alma
quemaron mi pasión.