miércoles, diciembre 13, 2006

Allegro

El cielo del Rif, africano,
es como los bosques de la Alhambra mía.
Un poema etéreo lleno de poesía
dormido en un pentagrama shbertiano.


Yo preveo en mi alma un salvaje instinto
de melancolía y de amor brutal.
Es un pensamiento bello y musical
que me hace intangible y étereo, distinto...


...Paciendo mi pábulo azul y sublime
con la musiquilla de la dulce brisa.
Parece la caja de violín que gime
cuando le pronuncia el arco una sonrisa.


Parece el crujir de os cascos de plata,
parece el batir de las líricas alas
de los fabulosos centauros del sol,
piafando armonioso la etérea sonata,
pasando trotando todas las escalas
ultrasiderales de un verso del alma en bemol.


Parece que suavemente beso
unos labios rojos de rojo carmín,
y en mi alma luego se me queda impreso
el místico beso brujo de un violín.
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En Granada toda mi alma rifeña
y en el Rif etéreo mi alma granadina
vive porque ama, ama porque sueña
una causa ignota, sublime y divina.

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