lunes, febrero 08, 2010

Soneto

Conócete a ti mismo... -me decía
la voz de mi Maestro-. Yo me ignoro.
No quiero que en la vaga melodía
de mi vida se escuche el triste coro

de las musas muertas, vaga poesía
lenta y monorrítmica, sin decoro.
Yo me ignoro. Lo prefiero. Algún día
veré desvalorar lo que valoro

en el fondo sensible de mi vida...
Hoy lo guardo.. Es toda la belleza
que tengo... Un desnivel en la balanza

del destino filosofado... La ida
de lo comprobado, de la certeza
absurda que asesina a la Esperanza.

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