Conócete a ti mismo... -me decía
la voz de mi Maestro-. Yo me ignoro.
No quiero que en la vaga melodía
de mi vida se escuche el triste coro
de las musas muertas, vaga poesía
lenta y monorrítmica, sin decoro.
Yo me ignoro. Lo prefiero. Algún día
veré desvalorar lo que valoro
en el fondo sensible de mi vida...
Hoy lo guardo.. Es toda la belleza
que tengo... Un desnivel en la balanza
del destino filosofado... La ida
de lo comprobado, de la certeza
absurda que asesina a la Esperanza.
lunes, febrero 08, 2010
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