Hoy he ido a ver una pelicula de viajes en el tiempo, en estas películas hay una constante.
Como el protagonista sabe que es lo que va ha pasar, es terriblemente consciente del valor que tiene cada segundo.
La verdad es que sea por lo que sea, intuición, premonición o profecias autocumplidas, he tenido la desgracia y fortuna de poder saborear el dulce nectar de esos segundo interminables. Escasos, valiosos, dulces y amargos al mismo tiempo.
La última vez que vi con vida a mi padre, o el último cabello en mi mano ... las últimas lagrimas en un parque o la última vez que viste una sirena salir del mar.
Son esos momentos, quedan grabados, en la mente, en el corazón.
Y son como esas peliculas, en las que siempre puedes volver a vivir ese instante una y otra vez.
En la vida, a diferencia de estas peliculas, no puedes cambiar lo que pasará despues cuando vuelves a vivirlas. Pero tallan tu corazón y tu espiritu. Y te dan la capacidad de volver a ver y vivir intensamente cada segundo.
Aquel y los futuros.
martes, abril 19, 2011
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