Una noche, un rayo de sol rozó mis labios.
Despertó mi hibernado corazón y durante unas horas recordó lo que es el calor.
Una caricia en la mano, un suave tacto en los dedos. Una sonrisa al bailar.
Quizás solo fue un sueño. Pero sueños asi son los que mercen la pena soñar.
lunes, febrero 13, 2012
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