viernes, junio 22, 2007

Efecto

A ese hombre

Hermano,
yo quisiera tenderte la mano
tremulenta y vibrátil de mi espíritu oculto,
estrechar las del tuyo en un brindis eterno
y beber en el cáliz pagano
mis sabrosos licores, rindiéndole culto
al amor venerable de ese lazo fraterno...

Yo creo que tú eres
uno de esos seres
de alma perfumada y de faz enteca.
que cayó, sin juicio,
por el precipicio
de la biblioteca.

Tú eres el concepto
lógico y perfecto
de la arquitectura de la Humanidad;
tú eres un cerebro vívido y fecundo
que entrañó en la vida un surco profundo
en donde germina una realidad.

Tu rostro había mucho....
Silenciosamente tu silencio escucho,
siendo tu silencio la mejor lección
que de ti recibo
en el mundo insulso en que ahora vivo
falto del concepto de la creación.

Tú eres un filósofo rancio y perfumado
en el área inmensa
del mundo ignorado...;
... un hombre que piensa;
... un ente
asido al saliente
que ofrece la idea en el mundo sensorio...
Tú eres casi un brujo... Un viejo alquimista,
hombre solitario de laboratorio
graduando ideas en una probeta...
Tú eres un artista.
Tú eres un poeta.

Tú eres un artista de mirada oscura,
de espíritu claro y de faz enteca,
caído de bruces en la sepultura
de tu biblioteca.

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